EL
MUNDO
20 julio
2018
#StopPseudociencias saca a la luz impactantes denuncias de
pacientes que han fallecido
Laura Tardón
Una coalición de asociaciones y
sociedades científicas instan al Gobierno a tomar medidas contra los fraudes
sanitarios ofertados como propuestas terapéuticas válidas
Un psicólogo que cuenta el caso de una paciente que perdió a
su hijo "porque su pareja se negó a dar atención médica adecuada,
confiando en una pseudociencia" o un oncólogo que relata cómo murió una
mujer con un tumor agresivo de pecho tras rechazar el tratamiento habitual por
confiar en las pastillas de un curandero... Testimonio tras testimonio, de los
propios afectados, de conocidos y contados también por médicos que denuncian
públicamente la "inacción desde las instituciones sanitarias que da
alas" a las pseudociencias. Así, entre
redifusiones y aportaciones, se han sumado más de 26.000 entradas en una
campaña de 12 horas en Twitter que transcurrió
durante la jornada de ayer y que insta al Ministerio de Sanidad a tomar medidas
contra este tipo de fraudes sin base científica.
Como señala el oncólogo Joaquim
Bosch Barrera en uno de los tweets con los que
participa en la campaña #StopPseudociencias:
"Por favor, @sanidadgob hay que proteger a los
enfermos vulnerables de pseudoterapias que no son más
que engaños revestidos de ciencia ficción y palabrería. La inacción desde las
instituciones sanitarias les da alas".
Oncólogos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)
remarcan las "nefastas consecuencias de las pseudoterapias
en los pacientes con #cáncer" y también piden "al Ministerio de
Sanidad proteger a los enfermos e informar". En palabras del Grupo Español
de Pacientes con Cáncer (Gepac), "las personas
que tenemos cáncer somos vulnerables a las estafas sanitarias y cuando éstas
salen mal, que es siempre, la ley no nos protege. Llamamos la atención de @sanidadgob para que vigile la práctica de pseudoterapias".
"En esta campaña (la primera tuvo lugar el año pasado),
hemos cuadruplicado el alcance y a nivel de apoyos, se han sumado decenas de
asociaciones y entidades potentes, como la Asociación Española Contra el Cáncer
(AECC) y la Organización Médica Colegial de España (OMC), entre otras",
señala Emilio Molina, vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo
de Terapias Pseudocientíficas (Apetp),
que es la organización que ha iniciado #StopPseudociencias.
"Este respaldo resulta esperanzador. El mero apoyo de la OMC indica que
empieza a tomarse conciencia sobre un problema que ha sido minimizado y poco
atendido". Incluso la Real Academia de la Lengua Española (RAE) ha
intervenido en la campaña con un tweet en el que
anuncia revisar la acepción de homeopatía.
De momento, declara Molina, "no hay respuesta oficial
de Sanidad, pero el año pasado ya entablamos algunos contactos con varios
políticos y ahora que Carmen Montón es ministra de Sanidad y está muy
concienciada con este tema, esperamos que en breve podamos reunirnos con ella y
ayudar en el asesoramiento sobre los puntos que más atención merecen".
Según el artífice de la campaña, cabe subrayar el papel de
las "pseudociencias más difundidas, la
homeopatía, el reiki o las pretendidas
"medicinas cuánticas", que son un fraude. No tienen base científica,
son un engaño y pueden resultar peligrosas sobre todo si incitan a dejar el
tratamiento convencional".
En cuando a las pseudoterapias de
mayor riesgo, resulta necesario destacar, por ejemplo, la nueva medicina
germánica, la biodescodificación y la bioneuroemoción. "Nos consta que tratan de reformar el
pensamiento para hacer creer a los pacientes que su enfermedad es producto de
un conflicto emocional no resuelto y que no necesitan más que tomar conciencia
de él". Apuntan directamente a alejarse del tratamiento convencional e
incluso de los cuidados paliativos.
Un punto que no debe despreciarse en este 'campo' de fraudes
sanitarios ofertados a la población como propuestas terapéuticas válidas es su
infiltración en contextos que implican ciertas garantías. "Charlas, cursos
de formación que se están infiltrando en instituciones públicas como
ayuntamientos, universidades, bibliotecas y distintos colegios
profesionales", insiste Molina. Es decir, no sólo son charlatanes a pie de
calle, sino médicos, psicólogos, personal de enfermería, fisioterapeutas, etc.
quienes también aplican y sugieren a sus pacientes propuestas sin fundamento
alguno e incluso peligrosas".